En el día de ayer, todos junt@s celebramos el día del Perdón. Consiste en perdonar o disculpar a alguien de la culpa por una ofensa. Cuando recibimos el perdón de alguien vivimos una experiencia de liberación y de paz interior. Y es que el perdón sana tanto a quien lo da como a quien lo recibe. El perdón genera comunión. Es necesario para nuestra vida ser perdonados por el amor de Dios.